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Mi recuerdo de Pompeo

Hoy recorriendo tus rincones, te miro y no te veo, no te reconozco… ¡Cómo has cambiado Pompeo! Busco en tus cinco esquinas, 25 de Mayo,Derqui, Yerbal, Aguirre y Santa Fe. aquellos lugares de mis primeros pasos. ¿Dónde está el Suri y el almacén que originó tu nombre, esa de veredas altas que supo ser una de las primeras pulperías de Lanús fundada por Pompeo Meriggi, el boliche que me asombraba porque conservaba el palenque para atar a los caballos? ¿Dónde quedó el sonido del rodar del tranvía y el andar lento del colectivo Raboni?  ¿Dónde está la disquería, que fuera una novedad?  ¿Y el bombón de la Sportiva, que a muchas hizo suspirar?  ¿Las andanzas de mi tío…mis abuelos en la puerta? ¡La pucha que estás cambiado, barrio de mis primeras lecciones!  Si hasta la farmacia cambió de esquina, se fue a la de la Sportiva y rebautizada 😦

Pero Pompeo, vos sabés que basta cerrar mis ojos, para que sigas siendo lo que fuiste. El barrio con olor a pan, a ravioles de la nonna, a tomates o sandías de los puestos callejeros, sos el voceo del canillita, el caminar cansino del cartero con su gran bolso de cuero, al saludo de la gente de una vereda a otra y el motor de la Siambreta, que se murió herrumbrada antes de ser mal vendida. Hoy, las vías es avenida, y hasta tiene semáforos… mejor sigo mi camino, porqué sino aquí mismo rompo en llanto. Ya no está la entrada de chapa que traspasaba feliz, quiero creer que veo visiones, ya que en su lugar,un letrero anuncia la venta de colchones.   Pompeo de mis primeros aprendizajes, si fue en la barbería, que aprendí un poquito de italiano, en esa reunión de tanos a las que me llevaba mi nonno,  con quien también de la mano, mirábamos la tele en el negocio del turco.

Pompeo sos puro avisos y marquesinas, pero no están los afiches a pegatinas que se ponían de noche y yo de día despegaba. Tal vez vuelva a pasar un día, y estarás mucho más cambiado, pero serás siempre barrio, ese espacio que albergó  a la cocinera que con poco te hacia un manjar, mi abuela Natalia, al plomero más recomendado, mi abuelo Juan, al mozo más simpático de la confitería, mi tío Alberto, al hombre que dejó su sudor y cansancio en un cuartito de chapas, mi padre, Pablo, la tía que no andaba con vueltas, Elena, al  peluquero  que me hablaba en su idioma, Don Cesar Tupponi,  a los lituanos que habían hecho su pista de baile ocupando la calle. Sí, sí 25 de Mayo y avenida ´Santa Fe, que ahora es San Martín solo tenia , la esquina de Saul y la del Suri, pobre de aquel vecino que nos debía ver pasar por el terreno baldío al lado de su casa para poder continuar 25 de Mayo. Creo incluso ver al motorman que saludaba repicando la campana varias cuadras antes de la parada, previniendo a los pasajeros se apuraran para no perdérselo, a los gallegos del corralón de materiales, los Illobre, donde hasta el día de hoy la fachada de la casa ostenta la placa que allá por 1963 se colocara dando inauguración al cemento que cubrió las vías y rebautizó a Santa Fe como SAN MARTÍN a la actual avenida, actualmente llena de comercios y caras desconocidas, ( Una lustradita a la placa, no vendría nada mal, no? Pobre San Martín, lo opacan en los bronces, lo ajean en los billetes)

Rúa y Capitani se transformó en pinturería, ya no está Carmelo el fotógrafo,ni el maderero, ni los Zambelli, mucho menos la zapatería, que era chisme barato de chusmas puritanas, tampoco el bar de trágica fama, que repitió irónicamente la historia de Shakespeare, pero en lugar de Montescos y Capuletos, fue entre Españoles e Italianos. Aun queda e kiosko de La Ñata y quizá por poco tiempo…

Pero en mi siempre habrá cosas y personas que no olvido, hasta mis oídos tienen memoria de la radio y los relatos pugilísticos alentando a Abel Cachazú, que nunca llegó a campeón, pero representó al barrio y murió como tal.

Pompeo, sos tan historia, que una de tus calles cambió de nombre, dejó de ser Cnel. Rojas para re-nombrarse Dr. Biglieri, honrando, a los hombres que justamente sabían de honor, y se retaron a duelo, no en tus tierras, sino un poco más al norte, dónde ocurrió EL ÚLTIMO DUELO A ESPADAS DEL PAÍS. ….Papá, papá, el del diario de acá a la vuelta, se va a batir a duelo como en las películas, será verdad? Y lo fue, y lo recuerdo.

Pompeo sos más que un nombre, sos mi cuna, mi niñez, mi adolescencia, sos querencia y carencia de todo lo que me formó. Y tan arraigado estás en mí, barrio querido. que hoy recorriéndote fuiste un juego para mi envejecida memoria, Y en ese juego seguiré buscando al nonno que me lleve al kiosko o me pregunte: Ma, e ora cosa facciamo? Nada, nada, caro nonno, solo dame tu mano, caminemos!

He titulado a esta  foto: «Voy a donde me lleve el camino».20190111_132028
 
Así comencé a  memorizar  los ya  andados.
Cuando las nubes terminen con la transparencia de mis cristalinos,  mis pupilas no reciban tanta luz y los párpados pesen achicando  mis ojos, la mirada será  más débil, pero jamás  dejará  de tener ansias de retener en el negativo de mis retinas, los paisajes que recorrí. Esos, con historias documentadas o con leyendas populares, enfatizadas  por  tradiciones.
Tradiciones que si se pierden, los pueblos perderían su esencia. matePaisajes con sonidos del viento, vientos como el Zonda, cálido y seco, El Pampero que silba frío y seco, Sudestada, bravío viento frío y lluvioso.  Paisajes de ríos  que corren cantando o que apenas  susurran un quejido o simplemente quedan mudos, mientras se van secando, dejando en la tierra heridas con cicatrices dolientes. collagw de riosTan dolientes, que los sauces, lloran a la vera de sus costas. weeping-willow-1798571__340 sauce llorón
                        Ríos con música de pájaros, como el Uruguay….rio-uruguay-1 titulado
puesta de sol     Bravíos como el Paraná, «Agua que viene del agua», río, tributario de los pueblos de sus márgenes.    Rio Paraná                                    Ríos que hacen rodar las piedras, hasta convertirlas en arena. Ríos BLANCOS,NEGROS, COLORADOS y  BERMEJO. DULCES y SALADOS. De ARRECIFES sin tenerlos. PRIMERO o
SUQUÍA. SEGUNDO,TERCERO Y CUARTO, CARCARAÑA, GUALEGUAY, GUALEGUAYCHÚ, Limaylimay para cambiar
 
 
ATUEL, NEUQUÉN Y MENDOZA, TUNUYÁN, con DESAGUADERO y PERDIDOS.
 
Españoles, que tienen TAJO,rio tajo en toledo y llevan nombres de raíces muy antiguas: MIÑO,EBRO, JÚCAR,  GUADALQUIVIR   Y DUERO duero (2) con tit
 
 
 
 
Los que hablan otras lenguas romances y dialectos intrincados . . .   
 
 
                                        TIBERrio tibet con tit
 
Río Po
Río Tanaro rio dora turinRío

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Viejo árbol

Contemplándote querido árbol

que adornas desde hace años mi jardín,

noto tu tronco venciéndose cansado

y tu fronda va tornando a gris.

Tu savia corre lenta, y tus ramas…

van perdiendo la fuerza de alcanzar el sol,

las pobres se están debilitando,

no resisto este dolor…

El viento te roza y dice: Yerguete!

Mira tus flores, que bellas son!

Viejo árbol que a mi suelo

injertaste tu raíz, y este siendo fértil

tu especie multiplicó,

No te apagues, no te seques!

Has dejado tus semillas

y ese germen ha de latir

en otros arbolillos que se parecerán a tí.

Viejo árbol que a mi vida

trasmitiste tu matiz

sigue amparándome bajo tu copa

porque sin ese abrigo

no será igual mi jardín.

Mabel S. Roviglione

El corazón de una madre

Este cuento antiguo aconteció en un lugar sin nombre, donde una mujer de mediana edad tuvo un hijo al cual amaba más que a la vida misma por considerarlo un regalo divino, a su edad era difícil tener uno. Lo crió con mucho amor como solo las madres saben hacerlo.

El niño creció sano, fuerte y bueno siempre bajo el amor de su madre, quien a pesar de traspiés y carencias, hizo que el niño fuera lo que siempre deseó para él, que tuviera un futuro digno y prospero.

Pero como todos sabemos llega un momento en que los jóvenes comienzan a pensar por sí mismos y muchas veces desprecian la tutela protectora, la cual más que prohibir pretende guiar.

Paso un tiempo en que el hijo comenzó a salir a reuniones y es así que conoció a una mujer, nueva en el pueblo. Nadie sabía que esta mujer tenía podrida el alma y que de nada valió el amor que nació en el hijo, y que le manifestaba al encontrarse con ella; regalos, promesas y otras muestras de afecto. Así que en cada rechazo solo su madre lo consolaba, secaba sus lágrimas, lo apoyaba para que siga intentándolo, hasta que el sueño llegaba a él.

Paso el un tiempo y y otras amistades lo convencieron que los valores e ideales de ella eran lo correctos y no los de su madre. Cambió y cambió para pensar que los demás tenían razón y su madre no.

La mala mujer que manejaba al joven a su antojo siempre vio el lazo de este para con la madre con recelo de mujer celosa que solo pueden tener las que tienen podrida el alma y a ella como una enemiga; es asi que en uno de sus encuentros ella manifiesta que tal vez el amor que el joven le profesa sea solo pasajero, efímero y puede que hasta una mentira.

El joven sorprendido, promete, jura y vuelve a prometer que su amor por ella es sincero, puro y que él le bajaría la luna, cruzaría el mar a nado, le construiría un castillo y muchas cosas más, bonitas pero según la mujer solo palabras. Esta había estado maquinando en su mente una petición diabólica que solo el acto de pensarla, le hacía sentir escalofríos.

Con una voz dulce le dijo, “ Esas cosas que me dices son imposibles, sin embargo tengo un regalo que está dentro de tus posibilidades y solo así sabría que en verdad me amas”.

El joven ansioso dijo, “dime que es, pídeme lo que sea y te demostrare con ese regalo que en verdad si te amo”, ella sonriendo siempre dulce le dijo, “quiero que me traigas en una bolsa, el corazón de tu madre…, si no lo haces nunca más quiero volver a verte”, diciendo esto se levanto y se fue dejando perplejo al joven.

“¡¿Está loca?!…”, “¡Es imposible!”, eran las cosas que pasaban en ese momento por la mente del joven, y mil veces se dijo que no y mil veces la idea de no ver más a la mujer que amaba se le agolpo en la cabeza.

Con esos oscuros pensamientos llego de madrugada a su casa, ya en su cama intento dormir… y no pudo. – Como piensa que yo no le amo, está dentro de mí, en mis pensamientos- poco a poco la idea de demostrar por sobre todas las cosas que su amor era sincero se le agolpo en la garganta, y con una determinación maligna fue a la cocina y cogió el cuchillo.

En el cuarto más pequeño de la humilde casa una anciana dormía, sin percatarse en absoluto de la silueta que la observaba con un objeto en la mano que desprendía un frio reflejo. En un acto de locura el aire se desgarro primero por la luz del reflejo que corto la oscuridad y después por un gemido inocente apagado por una almohada.

Unas frías manos arrancaron un diamante de un valor incalculable aún caliente de un cofre con el mismo valor y lo metió a una bolsa, era el hijo desalmado arrancando el corazón de su madre que con una mirada perdida salió corriendo de su casa hacia una dirección que ya conocía; avergonzado, asustado, horrorizado y al mismo tiempo determinado en demostrar a su diabólica amada que su amor es verdadero.

Mas una piedra en el camino le hizo tropezar tirando el preciado objeto que llevaba en sus manos hiriéndose la rodilla, y es aquí que se ve a pesar de cualquier cosa que el amor de una madre es ilimitado cuando a pesar de todo lo ocurrido una voz conocida para el joven sale de la bolsa y dice:

¡Hijo!, ¡¿te has hecho daño?!

PD: La politica, es como la mujer del cuento, te usa, te descarta y te humilla hasta te corrompe el alma.

Mi Mar

Cada día, cada noche te me acercas y me hablas de milagros, de secretos, de otros tiempos, otra gente y distancias, con lamentos de promesas y de ausencias que perdieron las palabras en tus bajamares.

Tu azul bañó mis costas y las olas se elevaron desquiciadas adornando de blanca espuma las orillas. La arena de la playa guarda huellas, que rememoran pisadas firmes en ella dejadas.

Mi mar…yo me acerco a ti sabiéndome tan pequeña, tan desconsoladamente niña, tan sola entre multitudes cotidianas…Me apabullan tus mareas, me desconciertan tus sonidos, los que me dicen mucho algunas veces y los que nada dicen en ratos. Sí, hay momentos que respondes mis preguntas, pero de continuo callas y dormitas en la ribera que aguarda más respuestas.

Mi mar, acaricias mi alma, como el rastro de tus estelas acaricia la grava y me cubres de paz, mientras oigo el murmullo sincopado de sonrisas y rezongos. Me sumerjo en la memoria de tu imagen, tu mensaje zarandea mi mutismo, refugiando el sol en mi horizonte, al tiempo que la brisa se guarece en la penumbra de las dunas, poco antes que la oscuridad te acune y te proteja en el mágico intervalo de minutos, en que el día se viste de gala con su ropaje negro y con brillo de estrellas, entonces mar, me sobra la nostalgia, en tanto a ti y a mi nos alumbra la luna.

Mi mar, sos de los amores que al evocarlos duelen, como le han de doler a las rocas, la fuerza de la rompiente.

Desde esta orilla, sin mas angustias y con la satisfacción de haberme empapado en tus aguas, dejo de llorar los sentimientos, adormezco mis fantasías, como tu acunas, mar, a los barcos a lo lejos.

Me voy, pero tu no me dejes, tu ondisonante me menta siempre, madre! Sí, madre, tu eres mi mar! Mi mar en calma. Ese mar que me dice quien soy y que siento. Hoy despego mis penas del salitre para que seas mi mar dulce.

Me voy, pero no te dejo, pues es imposible dejar el corazón y llevarse solo el cuerpo. Me voy apenas un poco tierra adentro, llevando en mí tu meresía, Tu te quedas en el lugar que sabe a materia prometida, donde el viento sopla suspirando besos, donde todo el aire que se respira me dice de quien fui nacida.

Espérame, dile a tus misterios insondables, a tus enigmas manifiestos, que estoy preparando el camino para nuestro reencuentro. Seremos dos mares y juntas… formaremos un océano desconocido!

Carta a mi nieta

4 de Febrero 2024
Querida nieta.
Mañana comenzarás una nueva etapa en tu vida, hazlo con confianza y firmeza, que nada te turbe, que nada te asuste, que nada ni nadie te haga dudar. Más de una vez, sentirás eso, dudas lógicas, normales, pero nunca enemigas que te derroten. Tampoco te dejes ganar por el cansancio, yo sé bien de que te hablo. En tu determinación estará en no claudicar y seguir a paso firme hacia delante, siempre hacia delante.
No te falta inteligencia, ni tampoco coraje, pues entonces emprende este camino con pasos firmes, no importa si son lentos, lo importante es que sean seguros. La meta es el triunfo y sin esfuerzo, ese triunfo no será posible.
¡Nunca encuentres una excusa para creer que no podrás saltar escollos, porque puedes y podrás!
Una vez leí, que lo maravilloso de aprender es conseguir algo que nadie te puede arrebatar. ¡Claro, es como eso de: QUIÉN TE QUITA LO BAILADO!
Te voy a hacer una confesión, me hubiera encantado que en mi época de estudiante, hubiera tenido a mi lado alguien que me apoyara a no rendirme. En realidad mi madre me exigía más que mi papá, pero he ahí la palabra clave: EXIGIR. Y el exigir, es igual a «Presión», eso no sirve, ni yo ni nadie ha de exigirte nada, por supuesto, soy tu abuela, cómo voy a exigirte algo? No, apenas te estoy sugiriendo y lo hago a través de mis experiencias, no del conocimiento logrado, sino de los no alcanzados, esos que justamente no conseguí por no tener el empujón que necesité. Desde ese punto te escribo, desde el recuerdo del no atreverme, en empacarme en decir: NO PUEDO. No puedo, realmente fui una idiota! ¿Cómo sabía que no podía, si ni siquiera en algunos casos me aventuré a concretar lo que tenía en mente? Si te digo: Sí se puede, va a sonar un leitmotiv político y acá voy a darte otro consejo que espero aceptes, ojo con eso también. a la política me refiero. La facultad es un lugar para aprender, para alcanzar la meta de un título que será llave que abra otras puertas, de modo que cada vez que se te tiente con algo que no es el objetivo de tus estudios, mantente atenta. Se vos, autenticamente vos, sin que nadie te convenza de otras cosas.
Bueno, dejando tantas «Recomendaciones» cierro con el propósito de esta cartita, desearte ÉXITOS y espero vivir lo suficiente, para verte toda una señorita universitaria graduada. Te ama, tu Cucú!

PD: Imagen que resume mis palabras

Escribir

¿Abuela, vas a seguir escribiendo antes de irte? Preguntó Felipe

¿Antes de irme de tu casa? ¡No abuela, antes de irte de este mundo! Plop! ¡A alguien de mi familia le interesa lo que escribo!

Sí, Feli, yo voy a dejar escrito todo lo que recuerde, responder lo que me pregunten y redactar hechos ricos en anécdotas divertidas o tristezas disfrazadas. Y lo haré por todo lo que no le pregunté a mis abuelos, lo que la timidez de nena boba no me dejaba preguntar, la vergüenza del ridículo con la que se me educó y narrar lo que no me atreví a hacer o expresar, porque la mayoría de las cosas eran tabú, esto no se dice, esto no se hace, esto no se toca, así no se debe vestir, así, así así…

Por eso, yo les hablo como les hablo, con vocecita de bebota cuando eran bebes y con voz adulta ahora que ustedes lo son, al pan, pan y al vino, vino! No, Felipe, no vino ningún albino, te digo que voy a escribir lo que viví tal como fue. y si te digo Hablo es primera persona, presente del modo indicativo. Eran, tercera persona, pretérito imperfecto, y Escribir es infinitivo de tercera conjugación. Ah, te pensás que voy a olvidarme de darte una que otra lección, jajjajjaj, no, no te vas a salvar, por desgracia mi abuela materna solamente escribía su nombre y la otra lo hacía en italiano, para ella no existía la J ni la Ñ. y era un juego para mí, pedirle que diga CAJA!

Voy a ir narrando a medida que encuentre la ocasión, para que mis bisnietos sepan que mis malvaditos nietos me amasaban los brazos diciéndome: Jamón. Que vos siempre me aprobabas con notas altas todas las materias en que la abu te ayudaba, que miré a Lara con envidia al verla hacer pirueta con los patines, que Germán me hace los mejores masajes que lloré muchas veces por quienes tuvieron algunas nanas y que le pedía Dios que me quitara las dos manos antes que tu padre pierda una. Seguiré escribiendo como pueda y cuanto pueda, para unir mi vida, tendrás que leer, Historia de la Minetto, Mis recuerdos de Pompeo. Villa Edén Argentino, Come una farfalla…en fin tendrás que leer de este blog distintos relatos, algunos como te dije están disfrazados, otros son como agua clara. Cada uno de ellos es la abuela, la abuela cuando estaba triste, enfadada, feliz o aventurera contando Viajes y Paseos. o mandando mensajes en clave y al que le cabía el saco se lo pusiera como mejor le gustase……..

Bueno, hasta la próxima en que me pegue las ganas de escribir, ¡mientras estudia la lista de verbos irregulares!

Difícil es escribir lo que no se supo vivir, lo que el tiempo llevó envuelto en prejuicios e ignorancia, eso que la vergüenza obligó a callar y lo que la inocencia aceptó acatar.

Aquello que el prurito de una época apuntaba a lo moral o a lo inmoral. Para contarles la historia de este hombre, debo empezar por otra, la de una mujer.

Vaya a saber en qué rancho, esa niña nació, como llegó a crecer rodeada de miradas prejuiciosas de aquellos que tenían una moneda más. Los que mostraban poder, en un pueblo donde con cinco guitas muchos se creían jeques. Pobres infelices falócratas, que divulgaban leyendas para que la infancia se traumatizara de miedos, de gnomos violadores, de guainas solitarias, de duendes del sol y señores de la noche, de espíritus silbadores que ocultan su rostro bajo grandes sombreros alados. Cualquier mito, leyenda o cuento, para hipnotizar a muchachitas y dejarlas a la deriva de la miseria, con un hijo en el vientre. Lo grave que no solo era uno, cada tanto el hechizo se repetía.
Así fue como ella, en lugar de jugar con una muñeca, debió mecer niños de verdad. “Qué infeliz fui en este lugar, donde te señalaban como la chinita mandadera, útil para todo servicio, pero nunca para enseñarle a una lo que está bien y lo que está mal”
¡Reflexionó una vez esa mujer, ya entrando en su vejez! ¡Fue lo único que una vez murmuró sentada en la plaza de ese pueblo empedrado, después de eso ya nunca confesó algo más!
Y claro, angá! ¡Nada lindo había para contar! Hija de madre soltera, tal vez nieta de otra más, su destino era ser una igual. Será por eso que fue siempre tan callada, tan cerrada a decir un te quiero, a sorprenderse que otras madres besaran a sus hijos y que estos las besaran.
Y en medio de distintas castas que imponían reglas, la iglesia pacata de ese ciclo pueblerino con ambiciones feudales, hizo que su progenie se apellidara con el mismo patronímico, a pesar de la ilegalidad.
Y aquí nace la historia de un hombre con tres apellidos. Un hombre, cuyo “Padre” había reconocido a su primer engendro, pero se negó a hacerlo con él, obviamente. El hombre del que les hablo no era hijo del “Pombero” Era hijo de un desamorado que desahogaba su machismo con y en cuanta caída del catre encontraba. Pese a las cartas encontradas, nunca legitimó a su segundo «Hijo».
La madre, en tanto, como una golondrina voló en busca de mejor destino, pero no abandonó a los pichones, sino que los dejó bajo el ala de otra ave, la abuela. Cuando podía, volvía a ese lugar, irónicamente apodado “La Perla” para verlos y proveerlos con algo.
“Primero de agosto de 1955, mamá, queria es crivir esta corta carta, para contarte que
estamos bien, grasias a Dios y a la virgen, ma, te digo que mis champions se rompieron, los
chicos de la escuela se rien de mí, yo las cuide como vos me pediste, bueno ma sin mas que
decirte, saludá al tio y a la Leonor y vos recibí el cariño de tu ijito”
(Sic)
Luego llegaba la encomienda con lo que la mamá podía mandar. Mientras él, pulía semillas
de palmera para jugar a las bolitas, le ataba latitas a la plancha de carbón y hacia trencitos.
El cura del pueblo, se puede decir que quiso proteger al “Natural” y lo ingresó al jardín de
infantes con el apellido de su hermano y así, hasta tomar la primera comunión., con
certificado incluido.

Ese certificado testimonia que T. R. Carbone había recibido el cuerpo del Señor por primera vez en Diciembre de 1955 en la parroquia Nuestro Señor Hallado, en Empedrado, provincia de Corrientes y si pué, los boletines escolares, llevaron el mismo apellido hasta tercer grado, ya que fue entonces cuando abuela y hermanos fueron “Embarcados” a Bs As. ¡Sí, el hombre de apellido ilegítimo llegó a Buenos Aires en barco, no siendo europeo!
Desde ese barco, sus ojos de niño vieron las luces de la ciudad y sus edificios. Del puerto a su residencia en un barrio detrás de un largo muro, un muro construido para que los que pasaban por la ribera del río no vieran la pobreza. Debió el niño retomar la escuela, pero claro, su partida de nacimiento no llevaba ese apellido que solía inocentemente usar. Debieron contarle que el apellido legal era el de su madre, el único apellido que le correspondía. Cosas raras escuchadas y otras tantas absurdas leídas. Esta es una, dos hermanos, mismo padre, misma madre y dos apellidos distintos, por suerte dos personalidades distintas también, con apellido materno transcurrió su colegio primario y parte del secundario. Esa mujer nacida en un rancho de adobe, jamás dejó sus esperanzas y esfuerzos para que sus hijos estudiaran y fueran hombres de bien.

Llegó el día en que la vida la compensara con el amor de un hombre que le propuso ser SEÑORA, claro, en su libreta de matrimonio iba a constar un hijo aún menor y sin apellido paterno. Su deseo era que ambos hermanos llevaran el mismo apellido, pero no por motivos económicos, eso a ella no le importaba, era sólo un deseo de justicia a su manera. Así es que viajaron allá donde el río tiene siete puntas formando siete corrientes, para pedir que le dieran el apellido que correspondía a ese muchacho no reconocido, pero el susodicho “Picoteo y vuelo» no aceptó siquiera verlo. ¡De haber sido así, habría visto de dónde venía el color de esos ojos gringos!
Primó la lógica: “Si no quiere darme el apellido, que se lo guarde, me quedo con el apellido de quién des-interesadamente me lo quiere dar” De ese modo, pasó a tener su tercer apellido. palabras más, palabras menos, esa es la historia de un hombre con tres apellido y tres madres, la campesina engañada, la abuela que lo cuidó y la tía Leonor que ayudó en su crianza!
“Cuando mi mamá venía al pueblo con mi tía Leonor, yo corría a los brazos de mi tía y mi mamá se quedaba atrás esperando, claro me crié con mi abuela y con Leonor, hasta que «La Leonor» se fue a trabajar a Buenos Aires también. Después, cuando ambas regresaban, yo me aferraba a mi mamá y no quería que se vaya”
Conocí a ese hombre por su segundo nombre, el primero recién se me reveló por casualidad y después de mucho tiempo de habernos conocido. Fue cuando contó, que nació en un galpón donde se guardaban los camiones de los langosteros (camiones fumigadores contra los insectos que se comían las plantaciones del campo) lo recibió la comadrona del pueblo, Doña María y vaya casualidad, esa Doña María, fue luego su abuela putativa! Lo más loco, es que fue su tío a anotarlo al registro civil y como
seguramente, este llegó al registro civil, con alguna copa de vino demás, en lugar de llamarlo Jorge Luis, como la madre quería, le puso el nombre que se le ocurrió y el que decía el almanaque al que aún no le había arrancado la hoja del día anterior. De ahí el Ramón. El otro nombre, siempre creyó que era el pedo que tenía el tío, pero no, hace poco, por razones de sucesión, el abogado leyó la partida de nacimiento del hermano, ya fallecido. La lectura decía A.A.C, hijo de T.A. C. Vaya información, el hombre de tres apellidos, a los setenta años se enteró que llevaba como primer nombre el del tipo que nunca quiso darle el lícito patronímico.
Entre Pérez, gentilicio de Hijo de Pedro y C, hijo de carbonero, Ramón ganó ! Y ganó dos veces, ya que su padre adoptivo se llamó RAMÓN VALENTÍN PÉREZ! Bueno, muchas casualidades no hay, en un pueblo donde el Ramón es tan repetitivo, y menos Pérez que son más que los Garcia y los Rodriguez de la guía. De los tres apellidos quedó uno, aleluya por eso y aleluya por un hombre de corazón puro que aún puede jugar como un niño. Qué es un excelente padre, sin haber tenido la imagen de uno, ya que me faltó contar que quien lo adoptara murió poco tiempo después de hacerlo. Un hombre sin alcurnia ni prosapia, sencillo, humilde, amoroso como debe haber tantos en este mundo para compensar a los que no saben lo que es valorar a un hijo. Él no conservó resentimientos, no vivió con complejos y lo que hizo y hace hasta hoy es amar a sus hijos y nietos. Se habla mucho de la voz de la sangre, y me pregunto, realmente la voz habla? Y sí, la voz habla y habla cuando pasa por el corazón, por suerte por el corazón de este hombre de tres apellidos corre la sangre de esa mujer abandonada con un hijo en sus entrañas. Esa mujer a la que quise, respeté y admiré fue la madre del mejor hombre que encontré, y decir orgullosa: ES MI HOMBRE!



Otro relato, otro naúfrago

No sabe como, apenas si recuerda cuando, pero se encuentra perdido, completamente solo, en la vastedad de un mar desencantado, tras el hundimiento de una nave grande en la que supo viajar.

Sin saber que hacer, atina a recordar los relatos de otros náufragos y si esos pudieron, no se siente menos para enfrentar la zozobra. Mantiene la calma y sigue paso a paso las indicaciones aprendidas para tales ocasiones. Se supone apto para sortear con éxito los primeros escollos; seguro de llegar sano y salvo a algún lugar donde pisar firme… donde volver a andar.

Mira al horizonte y una punzada angustiante le traspasa el pecho, allá, en la distancia, solo una línea delgada le señala la nada. Intenta enderezar la proa e izar las velas, pero estas, hechas girones se deshacen al viento hasta ser solo un bote con la quilla rota y sin timón de popa  que lo pueda guiar.

Al enfrentar la corriente, siente el sudor recorriendo su pobre humanidad, opone resistencia para doblegar esa fuerza invisible que le es adversa, que le hace la contra, lo cansa y lo hastía. Rema y rema hasta quedar exhausto, le duele el espíritu de impotencia y el cuerpo de fatiga. Vencido el coraje, ya no quedan bríos, los músculos se acalambran, los huesos padecen, mil espinas adormecen sus carnes, distintos dolores atormentan su ser. Deja el bote a la deriva para que el destino lo lleve, donde esa corriente lo quiera llevar.

Así, flotando sin un rumbo fijo, unas veces sacudiéndose bajo aguas turbulentas, otras, con tensa calma, esperando de las olas la embestida, va surcando las aguas sin saber a donde estas lo arrastran.

La intriga y el misterio minan sus nervios. El agobio hace estragos en su mente divagante, piensa. . . piensa todo el tiempo y no encuentra solución.

En las noches silenciosas, insomne y enloqueciendo, los miedos se le acercan uno a uno de distintas formas y tomándose las manos, juegan a la ronda para atormentarlo. Hay momentos en que imagina, un fantasma haciéndole compañía y cuando sus manos llagadas ya no pueden remar, es el fantasma quien pilotea ocupando su lugar. Pero cuando la conciencia de lo real, lo asalta, ante el pavor y desconcierto que tanto lo hacen dudar, le pregunta a las estrellas porque quedó tan solo en medio de ese desvío y le pide una señal.

Sin palabras por respuestas, se conforma en esperar, quizás al amanecer algo nuevo suceda. Puede que encuentre el norte o que divise la costa. Tal vez alguien lo rescate y le tienda una mano. O tal vez, algo peor lo este esperando, ya sea en el ficticio remanso o allí en las aguas blancas, donde comienza la pendiente, su alma halle el descanso. En tanto, el bote sigue deteriorándose, pronto se convertirá en una mísera balsa….cierra sus ojos, afloja su cuerpo, lo mecen las olas, se entrega a la merced de su fracaso, repitiendo en gritos ahogados de silencio: “Lo que sea, será” …Y con esperanzas se deja llevar, recordando que está aferrado a un madero y su fe, le reflejó el rostro de un ser etéreo que no la iba a abandonar.

Mabel   S.  Roviglione

La loca de La Feliz

La observé desde la distancia primero, la fui mirando a escondidas desde muy lejos, luego comencé a seguirla casi a un cuerpo de distancia, prestándole más y más atención. Ella era una mujer de mediana edad, era simple, no era que me hubiera intrigado por tener alguna particularidad física, no, nada de eso, era su manera de andar, lo que me asombraba, era su forma de ser, parecía estar siempre de buen humor, aunque alguien me contó que guardaba un gran dolor.

Saludaba a todos a su paso, con una amplia sonrisa y la gente la saludaba del mismo modo, algunos hasta le hacían guiños o inclinaban su cabeza como muestra de cortesía. Otros, le decían a gritos: “Hola Linda… Chau Linda”, no podía saber si ese era su nombre o bien un apodo bien merecido.

Mi curiosidad era saber, porqué  tan feliz. ¿Sería por qué vivía en “La Feliz” ¿Era una extravagante o una loca de esas que pretenden contagiar alegría? Y de hecho lo hacía, recuerdo el día que, bajo una intensa lluvia, mientras se empapaba por completo, pretendió encender un cigarrillo bajo el agua, ese día sí que me causo gracia de verdad, a ella no le importó, simplemente se guardó el atado de cigarrillos en el interior de su saco, el cual estaba tan empapado como dicho atado.

Era habitual verla pasar frente a la estatua de Alfonsina y murmurarle al monumento. Un día la escuche decirle: ¡Mirá que hermoso está el mar, mirá como brilla el sol! ¿Qué ganas de joder tuviste con eso de venir a ahogarte acá?  ¿Y ahogarte por amor? ¡Hay que vivir por amor, gila!  Le dijo a la figura pétrea de Alfonsina. Menos mal que no escuché responder a la estatua, porque, ahí sí que iba a pensar que la de la locura era yo, máxime cuando minutos después pasó debajo de los molinitos de viento que están sobre la costanera, y estos giraron como si tuvieran turbinas. ¡No podía creer lo que veían mis ojos! Pero créanme, fue así, ya que una vez que ella se alejó del lugar, los molinitos se quedaron fijos, ¡Ni una asta movieron!

Ella tenía su rutina, caminar por la playa y meterse, aunque sea hasta los tobillos, así el agua estuviera helada.  Invitaba a algún turista a que la imite: ¡El mar carga energía positiva!  ¡No le teman a los resfríos, los pies en el mar son una descarga de malas vibras!

Si había cornalitos cerca de la orilla, ahí se iba ella con un colador de fideos para “pescarlos”. ¡Qué la miraran raro, le importaba menos que un cornalito! Me resultó extraño, el día que la vi subirse a una calesita y montarse a un caballito. El qué dirán no existía para ella, a las burlas le hacía pito catalán. 

Bueno eso, de no sentir miedo al ridículo, me hizo pensar de cuantas cosas me privé por temor a ser ridícula. Ella me estaba dando una lección, así estuviera loca o cuerda. Para mí será siempre “La Loca Linda” a la que apodé Campanita, porqué tenía una invisible varita mágica, que hacía desaparecer, el tedio y la tristeza.  Ella no solo alimentaba a las gaviotas, o a las aves de la plaza, también alimentaba el espíritu de quien se le cruzara. Seres maravillosos que los hay seguramente a montones y no solemos mirarlos, aun viéndolos.

Como resultado, me propuse dejar atrás los temores a la vergüenza, a lo que piensen los otros, comencé a usar sombreros de colores, como el de Aldosibi, que usaba Linda cuando este equipo jugaba,  caminé descalza  por la plaza,  incliné la cabeza, sostuve con mis manos mi falda, extendí mi pie derecho, dejando atrás al izquierdo, y flexioné mis rodillas, en muestra de respeto a Don Quijote y Sancho Panza, a los cuales los cagan las palomas, pero a ellos tampoco les importaba!  Metros más, metros menos, estaba esperándome Alfonsina y sin pudor alguno le dije: NO, mis ojos ya no serán faro de angustias, ni trazaré señales en los mares desiertos… y me alejé del pensamiento obsesivo de la muerte.

Seguí andando, di un par de vueltas hasta llegar hasta la estatua de Piazzola,  la rodee en círculos bailando mientras en mi cabeza, el fuelle del maestro sonaba y canté: Ya sé que estoy piantá, piantá, piantá, no ves que va la luna rodando por Colón… Loca ella, loca yo…. Qué se ría el mundo, mientras no llore yo.

Otro relato…otro naúfrago.

No sabe como, apenas si recuerda cuando, pero se encuentra perdido, completamente solo, en la vastedad de un mar desencantado, tras el hundimiento de una nave grande en la que supo viajar.

Sin saber que hacer, atina a recordar los relatos de otros náufragos y si esos pudieron, no se siente menos para enfrentar la zozobra. Mantiene la calma y sigue paso a paso las indicaciones aprendidas para tales ocasiones. Se supone apto para sortear con éxito los primeros escollos; seguro de llegar sano y salvo a algún lugar donde pisar firme… donde volver a andar.

Mira al horizonte y una punzada angustiante le traspasa el pecho, allá, en la distancia, solo una línea delgada le señala la nada. Intenta enderezar la proa e izar las velas, pero estas, hechas girones se deshacen al viento hasta ser solo un bote con la quilla rota y sin timón de popa  que lo pueda guiar.

Al enfrentar la corriente, siente el sudor recorriendo su pobre humanidad, opone resistencia para doblegar esa fuerza invisible que le es adversa, que le hace la contra, lo cansa y lo hastía. Rema y rema hasta quedar exhausto, le duele el espíritu de impotencia y el cuerpo de fatiga. Vencido el coraje, ya no quedan bríos, los músculos se acalambran, los huesos padecen, mil espinas adormecen sus carnes, distintos dolores atormentan su ser. Deja el bote a la deriva para que el destino lo lleve, donde esa corriente lo quiera llevar.

Así, flotando sin un rumbo fijo, unas veces sacudiéndose bajo aguas turbulentas, otras, con tensa calma, esperando de las olas la embestida, va surcando las aguas sin saber a donde estas lo arrastran.

La intriga y el misterio minan sus nervios. El agobio hace estragos en su mente divagante, piensa. . . piensa todo el tiempo y no encuentra solución.

En las noches silenciosas, insomne y enloqueciendo, los miedos se le acercan uno a uno de distintas formas y tomándose las manos, juegan a la ronda para atormentarlo. Hay momentos en que imagina, un fantasma haciéndole compañía y cuando sus manos llagadas ya no pueden remar, es el fantasma quien pilotea ocupando su lugar. Pero cuando la conciencia de lo real, lo asalta, ante el pavor y desconcierto que tanto lo hacen dudar, le pregunta a las estrellas porque quedó tan solo en medio de ese desvío y le pide una señal.

Sin palabras por respuestas, se conforma en esperar, quizás al amanecer algo nuevo suceda. Puede que encuentre el norte o que divise la costa. Tal vez alguien lo rescate y le tienda una mano. O tal vez, algo peor lo este esperando, ya sea en el ficticio remanso o allí en las aguas blancas, donde comienza la pendiente, su alma halle el descanso. En tanto, el bote sigue deteriorándose, pronto se convertirá  en una mísera balsa….cierra sus ojos, afloja su cuerpo, lo mecen las olas, se entrega a la merced de su fracaso, repitiendo en gritos ahogados de silencio: “Lo que sea, será” …Y con un triste consuelo se deja llevar…

Mabel   S.  Roviglione

Un sogno dopo tanti anni

Quel 10 giugno 1983 albeggiò freddo, molto freddo. L’annuncio del giorno era che la nonna non stava bene. Non volevo essere assente per un momento. Sono andato con lei e mia zia nell’ambulanza che l’ha portata al sanatorio di Lanús. La prognosi era brutta, assolutamente triste. Ma lei, di poche parole, quel giorno iniziò a srotolare il gomitolo con cui aveva intessuto la sua vita. L’asma gli stava logorando i polmoni, ma mi parlava ancora e mi diceva tutto quello che non mi aveva detto prima. Possessore di grandi silenzi, quel giorno si parlò di tutto. E penso che per la prima volta mi abbia parlato della sua città natale, Vaglio Serra, nel Piemonte italiano.

Tranquilla, pensierosa, una grande lettrice e una cuoca meravigliosa, nessuno, con così poco, poteva fare una prelibatezza, in più lei ce l’ha fatta, zuppa con acqua piovana e qualche capello d’angelo, ma puzzava come se gli angeli fossero davvero presenti in lei Cucina con una stufa, quella, dove si faceva cadere la yerba mate e quando bruciava profumava di casa, la migliore aromaterapia! E i ravioli ????! Dio, non ho mai più mangiato gli stessi, gli ultimi che mi hanno stupito sono stati un piacere per i miei quindici anni! Come mi sono sentito confortato da quell’azione, il nonno era già molto colpito dall’Alzheimer eppure si è presa il suo tempo per viziarmi!


È stata lei a farmi il primo bagno, quella che veniva ogni sera a mettermi i pannolini e fasciarmi come era consuetudine italiana, tipo mummia dai piedi alle spalle! Era quello che mi portava il cioccolato bianco perché l’altro mi dava l’orticaria, quello con le caramelle candite, quello che mi dava sempre una sorpresa. Questa mia faccia da nonna, che contava le parole da pronunciare, quando venne incontro al mio primo figlio, mi guardò, mi accarezzò la testa ed eccitata, le sue labbra si limitarono a dire; «Sai cosa vuol dire essere madre» Qualche anno dopo, una vittima di negligenza non poteva più camminare, ormai mia figlia Laura, antitesi della bisnonna, era già nata. Laura, sarebbe rimasta accanto alla sua sedia a rotelle e non avrebbe smesso di chiacchierare con lei. _Nonna, non vuoi una caramella? E nonna apriva la bocca per accettarlo o per dimostrargli che ne aveva già una. E la mia ragazza nera si è arrabbiata! Nonna perché non mi dici si o no! E Dona Natalia sorrise alzando le spalle. Era così, nemmeno per un dolore si lamentava, come mio padre nei suoi ultimi giorni, padrone assoluto di grandi silenzi. Una volta non riuscivo a sopportarlo e ho chiesto a mio padre perché è sempre seduto sulla stessa sedia a guardare fuori dalla finestra senza nemmeno un bisbiglio. La risposta è stata: “Viaggio! E dove ho interrogato. «Per tutta la vita, ha risposto» Oggi ho capito così tanto! Quel 10 giugno nonna ha viaggiato con i suoi preziosi ricordi, ma ha condiviso quel viaggio nella stanza del sanatorio, lì ha raccontato a me la sua vita di povertà, lontano nell’altro emisfero. Mi ha raccontato tutto quello che fino ai miei allora, ai miei quasi trent’anni non mi aveva mai detto.

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Nonna, non vorresti tornare in patria? _"Così che? La mia vita sei tu e da yapa va via, cammina per me e attraversa le mie vigne, ma non andare in inverno, la neve copre tutto e ti fa star male. Sicuramente i miei polmoni stanno facendo il loro pedaggio su quelle strade innevate in cui camminavo in cerca di legna da ardere, quel freddo ... quel freddo, è penetrato nelle tue ossa e avevo quasi gli stessi vestiti dell'estate, solo una sciarpa tessuta e di lana pantofole, che, se indossate, avevano la suola intrecciata di nuovo. Vaglio Serra era il mio quartiere, la chiesa di San Pancracio dove fui battezzato, ecco perché si chiamava così mio fratello maggiore. Se prima c'era poco, ora non deve esserci niente. Ma i vigneti, sì, vedrai vigneti in tutto il Piemonte. Ricordo le vendemmie, dove dovevamo cantare mentre raccoglievamo i grappoli, era una risorsa per i capi assicurarsi che mentre cantavamo non stessimo mangiando l'uva "

Ha parlato e parlato fino a sfigurare il viso mentre cercava di prendere fiato, ma i suoi polmoni non rispondevano più. Mi ha preso la mano e io l’ho tenuta nella mia. i suoi occhi rimasero fissi sul mio sguardo scrutatore, finché non sentii una mano appoggiata sulla mia spalla e una voce che diceva: «Mi dispiace tanto!» Non ho capito niente, non volevo capire!

Quello era il rozzo 10 giugno 1983 e da quella data l’idea di camminare dove camminava, germogliava nella mia mente e sebbene non avessi promesso nulla, l’ho promesso a me stesso. Un giorno passeggerò per Vaglio Serra, Nizza, Monferrato, Asti, Alessandria e Genova da dove è partito il Duque D’Costa portando parte della mia genesi.

Ho cresciuto i bambini, mi sono preso cura dei genitori e mancavano sempre i cinque centesimi per il peso. Ma quell’idea che era germogliata nella mia mente, finì per radicarsi nel mio cuore finché non lo oppresse per non poter andare.

Ma la ragazza è diventata nonna ed è arrivata la sua pensione. Con la consapevolezza di sapere che il tempo è limitato e non era qualcosa che appariva qualche altro imprevisto, mi sono detto: è il momento!

E ho camminato per le strade di Nizza, più i quattro chilometri di strade tortuose, coronate dalla Chiesa proprio in cima alla montagna, ho attraversato vigne e altre vigne, pesco susini, i miei piedi si sono vesciche, ma dovevo arrivare Sono arrivato. Cara nonna, se è cambiato, pensavi che nemmeno la chiesa sarebbe rimasta, ma è l’unica cosa vecchia in quel posto, tutte le case sono belle fattorie e non ho visto un solo carro trainato da buoi, ma fiore di macchine!

Oggi piove, ma non appena le condizioni saranno soddisfatte, quel pugno di terra piemontese che ho portato nascosto come trucco, sarà nel mio giardino, accanto a te e accanto a nonno!

Nonna, il giorno in cui sono calata sul tuo pavimento mi è salito un nodo in gola e ho pianto sulle spalle di mio marito, perché avevo mantenuto una promessa, un sogno. Ti porto ancora nel cuore come quando ero bambina.

Ci vediamo presto, ti voglio bene Nonna