Hoy recorriendo tus rincones, te miro y no te veo, no te reconozco… ¡Cómo has cambiado Pompeo! Busco en tus cinco esquinas, 25 de Mayo,Derqui, Yerbal, Aguirre y Santa Fe. aquellos lugares de mis primeros pasos. ¿Dónde está el Suri y el almacén que originó tu nombre, esa de veredas altas que supo ser una de las primeras pulperías de Lanús fundada por Pompeo Meriggi, el boliche que me asombraba porque conservaba el palenque para atar a los caballos? ¿Dónde quedó el sonido del rodar del tranvía y el andar lento del colectivo Raboni? ¿Dónde está la disquería, que fuera una novedad? ¿Y el bombón de la Sportiva, que a muchas hizo suspirar? ¿Las andanzas de mi tío…mis abuelos en la puerta? ¡La pucha que estás cambiado, barrio de mis primeras lecciones! Si hasta la farmacia cambió de esquina, se fue a la de la Sportiva y rebautizada 😦
Pero Pompeo, vos sabés que basta cerrar mis ojos, para que sigas siendo lo que fuiste. El barrio con olor a pan, a ravioles de la nonna, a tomates o sandías de los puestos callejeros, sos el voceo del canillita, el caminar cansino del cartero con su gran bolso de cuero, al saludo de la gente de una vereda a otra y el motor de la Siambreta, que se murió herrumbrada antes de ser mal vendida. Hoy, las vías es avenida, y hasta tiene semáforos… mejor sigo mi camino, porqué sino aquí mismo rompo en llanto. Ya no está la entrada de chapa que traspasaba feliz, quiero creer que veo visiones, ya que en su lugar,un letrero anuncia la venta de colchones. Pompeo de mis primeros aprendizajes, si fue en la barbería, que aprendí un poquito de italiano, en esa reunión de tanos a las que me llevaba mi nonno, con quien también de la mano, mirábamos la tele en el negocio del turco.
Pompeo sos puro avisos y marquesinas, pero no están los afiches a pegatinas que se ponían de noche y yo de día despegaba. Tal vez vuelva a pasar un día, y estarás mucho más cambiado, pero serás siempre barrio, ese espacio que albergó a la cocinera que con poco te hacia un manjar, mi abuela Natalia, al plomero más recomendado, mi abuelo Juan, al mozo más simpático de la confitería, mi tío Alberto, al hombre que dejó su sudor y cansancio en un cuartito de chapas, mi padre, Pablo, la tía que no andaba con vueltas, Elena, al peluquero que me hablaba en su idioma, Don Cesar Tupponi, a los lituanos que habían hecho su pista de baile ocupando la calle. Sí, sí 25 de Mayo y avenida ´Santa Fe, que ahora es San Martín solo tenia , la esquina de Saul y la del Suri, pobre de aquel vecino que nos debía ver pasar por el terreno baldío al lado de su casa para poder continuar 25 de Mayo. Creo incluso ver al motorman que saludaba repicando la campana varias cuadras antes de la parada, previniendo a los pasajeros se apuraran para no perdérselo, a los gallegos del corralón de materiales, los Illobre, donde hasta el día de hoy la fachada de la casa ostenta la placa que allá por 1963 se colocara dando inauguración al cemento que cubrió las vías y rebautizó a Santa Fe como SAN MARTÍN a la actual avenida, actualmente llena de comercios y caras desconocidas, ( Una lustradita a la placa, no vendría nada mal, no? Pobre San Martín, lo opacan en los bronces, lo ajean en los billetes)
Rúa y Capitani se transformó en pinturería, ya no está Carmelo el fotógrafo,ni el maderero, ni los Zambelli, mucho menos la zapatería, que era chisme barato de chusmas puritanas, tampoco el bar de trágica fama, que repitió irónicamente la historia de Shakespeare, pero en lugar de Montescos y Capuletos, fue entre Españoles e Italianos. Aun queda e kiosko de La Ñata y quizá por poco tiempo…
Pero en mi siempre habrá cosas y personas que no olvido, hasta mis oídos tienen memoria de la radio y los relatos pugilísticos alentando a Abel Cachazú, que nunca llegó a campeón, pero representó al barrio y murió como tal.
Pompeo, sos tan historia, que una de tus calles cambió de nombre, dejó de ser Cnel. Rojas para re-nombrarse Dr. Biglieri, honrando, a los hombres que justamente sabían de honor, y se retaron a duelo, no en tus tierras, sino un poco más al norte, dónde ocurrió EL ÚLTIMO DUELO A ESPADAS DEL PAÍS. ….Papá, papá, el del diario de acá a la vuelta, se va a batir a duelo como en las películas, será verdad? Y lo fue, y lo recuerdo.
Pompeo sos más que un nombre, sos mi cuna, mi niñez, mi adolescencia, sos querencia y carencia de todo lo que me formó. Y tan arraigado estás en mí, barrio querido. que hoy recorriéndote fuiste un juego para mi envejecida memoria, Y en ese juego seguiré buscando al nonno que me lleve al kiosko o me pregunte: Ma, e ora cosa facciamo? Nada, nada, caro nonno, solo dame tu mano, caminemos!